domingo, 26 de diciembre de 2010

La Paloma Rocha a " FULL"


Embelesados con la maravillosa vista que ofrece el acantilado rocoso de La Pedrera, los argentinos Luciana Arias (34) y Christian Arrigoni (38) se deshacen en elogios sobre la costa rochense. Que la inmensidad de las playas, que la calidez de su gente, que la manteca con gusto a manteca, que el yogur con sabor a yogur, que el freno de mano como estilo de vida (un equivalente gráfico al moderno término de slow life). "Eso no significa atraso, es poner un freno para que la modernidad no arrase con tu identidad", afirma ella. "En todo caso, sería el atraso más moderno del mundo", agrega él. Todo eso compensa otras "delicias" no tan agradables, como las dificultades para conseguir dinero, ya que sólo hay un cajero automático en La Paloma.
Con sus atractivos de siempre y sus carencias de infraestructura que muchos ya consideran parte del paisaje, Rocha se prepara para la temporada estival. Mientras que a contrarreloj se siguen clavando tablas, colocando techos y retirando escombros de hostels, pubs y boliches, la sensación térmica marca optimismo. Según datos del Ministerio de Turismo, en el primer trimestre de 2010 hubo un 6,2% más de visitantes del exterior que gastaron un 18,3% más de dinero que en el mismo período de 2009.
Y las perspectivas son aún mejores para este año. Esa es la premisa que comparten Pedro Quartino, director de Turismo de Rocha, Paola Ferrari, presidenta de la Corporación Rochense de Turismo (CRT), y Alcides Perdomo, alcalde del municipio La Paloma, que incluye al balneario que le da nombre, a La Aguada, Costa Azul y La Pedrera (el "barrio" más exclusivo y costoso) como sus atractivos más destacados.

Más allá de tendencias que cambian año tras año, y que hoy ubican a Punta del Diablo como el balneario top de Rocha (y "el" rival para la temporada), los lugareños señalan a La Paloma como un traje clásico, que nunca pasa de moda. "Más allá del auge de otros lugares, a Rocha se la sigue reconociendo por La Paloma, es el buque insignia de la costa", asegura Daniel Silveira, presidente de la Liga de Fomento local.
Pese a su optimismo, el director Quartino no quiere saber nada con datos que ilustren las previsiones del próximo verano. "Los que dicen cifras son payadores", enfatiza. "Eso sólo sirve para que la gente crea que está todo lleno y no venga". Por su lado, Julio Silvera, presidente del Centro de Hoteles de La Paloma, habla de un 15% más de reservas que el año pasado. A su vez Silveira, de la Liga de Fomento, cree que en toda la zona habrá entre un 85% y un 90% de ocupación para enero.
Es una coincidencia casi total que los precios están un 10% más caros que el año pasado tanto en La Paloma como en La Pedrera. Según la ubicación y comodidades, pueden encontrarse casas entre 70 y 400 dólares por día, y habitaciones de hotel entre US$ 70 y US$ 340. Si bien aún hoy son visibles los carteles de "Se alquila" desde La Pedrera hasta Anaconda, la creencia generalizada es que -más allá del auge de Punta del Diablo- todos los balnearios del municipio van a "explotar" durante la primera quincena, llegando a picos de 50 mil personas, multiplicando por diez su población habitual.
contrastes. En las vísperas de temporada alta, hay pocas cosas más inconfundibles en la avenida principal de La Pedrera que un visitante del hemisferio Norte. El matrimonio de Paolo y Line Lioy -italiano él, francés ella- está encantado. Su hijo Lino, una belleza inquieta de año y medio, se ha adaptado perfectamente a las costas uruguayas. Tienen casa en Punta Rubia, al Este de La Pedrera, desde 2002. Es la cuarta vez que vienen acá. Este año han decidido pasar unas largas vacaciones que comenzaron hace cuatro semanas y terminarán a fines de enero. Tienen un hotel y restaurante en Le Croisic, en la bretaña francesa, y vienen aquí siguiendo al verano.
Él -aspecto de hippie fashion: barba rala, aros en la oreja, jogging de marca- adora su hogar en el Sur: "Es fantástica la naturaleza, la tranquilidad, la comida y la gente supercool. ¡Y las playas! ¡Enormes! ¡Para caminar horas y horas!", dice con los ojos desmesuradamente abiertos y en un español más que correcto. Prefiere mil veces la costa rochense que Punta del Este -"Ese es un lugar aséptico, no tiene alma, es igual que Miami, Cancún, Saint Tropez..."-, pero también pide consignar una queja: "El otro día llovió y la calle quedó imposible. No hubo cómo sacar el auto".
El contraste entre sus atractivos naturales y los problemas de infraestructura son otra postal rochense. Quartino se defiende. "No hay nuevos recursos, los ingresos `nuevos` que tenemos se deben a una mejor gestión de cobro. Pero en la comuna llevamos un déficit de 30 años y, de todo lo que ingresa, el 65% va para sueldos. Lo que podemos hacer es mantener lo que hay y realizar pequeñas mejoras".
A pesar de todo, hay notorias señales de crecimiento, en cantidad, calidad y variedad, señal del atractivo que sigue generando la costa atlántica. El alcalde Perdomo asegura que este año hubo 120 permisos nuevos de construcción en su municipio, que extenderán la urbanización al Este y al Oeste. La modalidad de hostels (a un promedio de US$ 25 la noche en enero) ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Y sobre playa La Anaconda están dos de los emprendimientos hoteleros más novedosos para esta temporada: el Zen Hotel Apart Boutique y Las Eduardas Apart Hotel, ambos inaugurados días atrás y pensados para un relax total y el disfrute de la naturaleza.
El responsable del primero de ellos, Andrés Gabarrín, un uruguayo que vivió casi toda su vida en Australia, define su propuesta con una simple premisa: "Nada va a ser un problema para el cliente". Si hay que ir a buscarlo a la terminal, se va; si hay que prestarle un kayak para la playa, se lo proporciona. En el caso del segundo, su dueño, Eduardo Rovira, destaca la construcción basada en un eje de decks que va desde la calle a la propia playa. "Y la vista del atardecer desde las habitaciones es, sencillamente, espectacular".
Más al Este aún, y luego de recorrer un camino muy deteriorado, se levanta el predio de 91 hectáreas donde en un futuro aún no definido se levantará La Serena Golf Club, un barrio privado de 180 lotes -de dos mil a tres mil metros cuadrados, a un precio promedio de US$ 45.000- que incluirá una cancha de nueve hoyos.
En San Sebastián de La Pedrera ya vive su segunda temporada Pueblo Barrancas. Esto es un proyecto ecoturístico -que incluye huerta orgánica, construcciones sobre decks, tratamiento de aguas residuales; comodidades como servicio a la habitación, Wi-Fi, servicio de niñera, piscina, restaurante, bar de playa, DJ, pero no (de manera deliberada) televisión por cable-. Puede ser considerado un resort, o un camping de lujo debido a sus yurt, un tipo de carpas al estilo mongol, y cabañas de quincho y madera. "Está pensado para un público de determinado nivel sociocultural, interesado en apreciar la naturaleza en estado puro", afirma Gisselle Miguel, responsable de Recursos Humanos.
Quartino señala que La Paloma es la única ciudad balnearia del departamento planificada como tal. "No es como Aguas Dulces, Valizas o Punta del Diablo, que surgieron espontáneamente". Es por eso que admite este tipo de crecimiento. Y para el alcalde, a lo positivo que significan los nuevos emprendimientos se le suma la preocupación de cómo satisfacer sus necesidades de servicios; dilema que, admite, está lejos de resolverse.
LA "GURISADA". No todos buscan la slow life. Las discotecas han provocado tendencias muy marcadas en la costa atlántica durante los últimos años, afirma Paola Ferrari, de la CRT. "Los jóvenes han copado la primera quincena de enero. Llegó un momento en que pasaron varios desajustes que atentaban contra los intereses de otros segmentos del mercado como las familias", que fueron "corridas" a la segunda mitad del mes. "Es que era difícil convivir con gente con horarios tan particulares".
Sobre el aluvión juvenil a La Paloma en particular, atraídos por las discotecas que funcionaban en la costanera de La Aguada, hay dos consideraciones bien contrapuestas. Para muchos es la "gurisada" responsable de un revival del balneario, que provocó un aumento de las ventas en los supermercados y una suba en los precios de los alquileres. Eso sobre todo durante los primeros quince días, donde se juega buena parte de la temporada. Para otros, son una suerte de forajidos que, hectolitros de alcohol mediante, han sido los culpables de distorsionar la tranquilidad que siempre hizo gala el buque insignia de la costa rochense, con noches que terminaban cerca del mediodía para disgusto del público que bajaba temprano a las playas. No son pocos los lugareños, incluso aquellos que viven del turismo, que están rezando para que el aluvión pase rápido.
Para esta temporada se implementaron cambios. Alcides Perdomo señaló que la música deberá apagarse a las 7:00 horas. Además, a las afueras de los boliches, en la costanera, habrá una zona de exclusión de vehículos y de carritos de comida. El objetivo es evitar los after con parlantes al mango. "Los autos deberán quedarse en la zona del Puerto o de La Aguada. Antes eran las diez y media de la mañana, la gente recién salía y había problemas de convivencia con quienes ya estaban en la playa". Si esa medida será efectiva, o simplemente correrá los problemas a otros puntos del balneario es algo que está por verse. "Lo cierto es que había que hacer algo. Vamos a probar", se sincera el alcalde.
Para este año, solo una discoteca funcionará como tal: Pogo. Luego de una proceso licitatorio a cargo de la Intendencia que no estuvo exento de polémicas, esta abrirá sus puertas la última noche del año. Para el 8 de enero, está previsto que realice un Bikini Open. Según su responsable, Jorge Flachussis, el lugar contará con doce barras y cuatro pistas, capaces de albergar hasta 7.000 personas. "Vamos a abrir a eso de las dos de la madrugada, pero la gente no llega antes de las cuatro o cinco", y cree difícil que eso pueda cambiar. "Puede ser que una minoría haya armado disturbios, siempre hay algún desubicado, pero eso no depende de ningún horario".
La otra gran discoteca de la zona, Arachanes, ya no funcionará como tal. En su lugar, será una suerte de megapub -cuyo nombre se definirá en estos días- para 3.000 personas con entrada gratis, media docena de barras y escenario para bandas, que estará abierto entre las 0 y las 4 de la madrugada. Andrés Navarro, a cargo de este emprendimiento, dice que el objetivo es que este lugar sea el elegido para que los jóvenes realicen la "previa", en vez hacerlo en las calles o -sobre todo- en las casas hasta muy tarde en la noche antes de salir a bolichear.
Para Navarro, las quejas de temporadas anteriores tampoco se solucionan con un horario tope. "Es más bien un tema de ondas. Con ese criterio, habría que cerrar los supermercados porque los jóvenes se pasan la tarde en las calles tomando cerveza". Para él, "los boliches son los chivos expiatorios de las quejas; pero hay tres veces más denuncias cuando las `previas` se realizan en las casas, hasta cualquier hora, armando cualquier relajo, y al lado vos alquilaste una casa por dos mil dólares".
El otro boliche sobre la costanera, El Hornito, para esta temporada tendrá un destino muy distinto: funcionará como una plaza de artesanías y de comidas típicas de la zona. En total serán veinte los stands, con la idea de reflotar el viejo Paseo del Puerto.
jerarquía. Otro símbolo de los nuevos tiempos es que la Liga de Fomento de La Paloma se contactó con la empresa Todoeventos con la idea de generar un calendario de actividades atractivas para la temporada. Este año no habrá un Bahía Rock, pero aseguran que habrá una interesante agenda. Aún así, al cierre de esta edición se ultimaban los detalles (ver nota aparte).
"La Liga ya había organizado muchos eventos pero, por decirlo de alguna manera, a la criolla", dice Víctor Silva, gerente general de Todoeventos. "Para este año intentaremos darle más jerarquía y profesionalismo a las actividades del balneario", al que define como un lugar "único", "sin igual" que "siempre invita a regresar".
Entre el eterno eslogan de Sol y Playa sin más aditamento y las nuevas tendencias y necesidades turísticas, entre los que le tienden la alfombra roja a la "gurisada" y aquellos que ya la sufren de antemano, entre la vida lenta y la vida loca, La Paloma se apronta. Y para muchos, esos contrastes también hacen a su atractivo.
"Es cierto que nos falta el toque del primer mundo, buenas calles, buena iluminación. Pero hay gente que elige La Paloma y alrededores porque no es Punta del Este. Ahora hay quienes escogen Punta del Diablo y en cualquier momento van a salir corriendo, porque va a llegar un momento en que se va a saturar", afirma Silvera, titular del Centro de Hoteles. Olga Posse, dueña del flamante Hostel La Cruz del Sur, en el casco viejo del balneario, asegura que más allá de modas y carencias el magnetismo del lugar está intacto: "La gente acepta nuestras características y siempre va a venir". Por su local, inaugurado hace tres semanas, ya pasaron escoceses, mexicanos, guatemaltecos, franceses y finlandeses. Y todos quedaron encantados, asegura.
Datos 2010
En el primer trimestre de 2010, a la Costa de Rocha llegaron 83.470 turistas ingresados a Uruguay, que gastaron US$ 56.655.584 en estadías promedio de 13,2 días. Esto fue un incremento del 6,2%, 18,3% y 10,3% respectivamente, en relación al mismo período del año 2009.
De esos turistas de 2010, el 50,8% tuvieron como destino el "arco" entre La Paloma, Costa Azul y La Pedrera.
Según una encuesta realizada por la Intendencia de Rocha, el 63% de los veraneantes en el departamento son uruguayos, el 27% son argentinos y el 4% son brasileños.
De acuerdo con ese mismo sondeo, el 48% pasó su estadía en familia, el 28% en pareja y el 20% con amigos. (Fuente: Ministerio de Turismo e Intendencia de Rocha)
Playas para todos los gustos
Según el alcalde Alcides Perdomo, encuestas propias señalan que el 82% de los que llegan a su municipio buscan "sol y playa". Y sobre esto último, los operadores turísticos locales sacan pecho y enumeran: la Solari, recta y abierta; El Cabito, una especie de "piscina" natural ideal para niños; oleosas y bravas de Costa Azul al Este; profundas y juveniles como La Balconada; familiares como Bahía Grande; aptas para todo público como La Aguada.
"No hay playas como las de acá. Por eso es un clásico. Si hay viento del Este, por ejemplo, en Barra del Chuy ya no podés estar. Y acá tenés por lo menos ocho tipos diferentes para elegir", asegura Julio Silvera, del Centro de Hoteles.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios obcenos y mal intencionados seran eliminados. Gracias