Empate. Esa fue la única conclusión firme del primer clásico del año. Relativamente "light". Impreciso. Amistoso. Más allá, claro, de que luego los tricolores vencieron por penales y jugarán, mañana, la final de la Copa Bimbo.
En el primer tiempo, Nacional arrancó mejor, manejando con mayor fluidez la pelota, al amparo de lo cual también fue más profundo a través de la aceleración ofensiva de varios pases -largos y cortos, pero en ambos casos penetrantes- de recorrido perpendicular, que metió el siempre hábil e inteligente Robert Flores.
Peñarol, en cambio, con menos volumen de juego y fútbol de conjunto, trató de llegar con envíos largos que no inquietaron a los defensas tricolores.
Sin embargo, como los aurinegros lograron progresar en forma más armónica con las subidas de Corujo, el cuadro de Aguirre se puso en ganancia cuando Pacheco -cuándo no- "inventó" un pase de los que en la vereda de enfrente venía haciendo Flores y Martinuccio no desperdició la chance de quedar de cara a Muñoz, como en la otra área lo había hecho Cauteruccio "de macho" con Sebastián Sosa.
Peñarol se asentó; pero -también cuándo no- un barullo del fondo aurinegro dejó a Sosa a merced, primero de Cauteruccio y después de Porta, y el "Canguro" estampó el 1 a 1. Luego los aurinegros siguieron insistiendo, Fedorczuk no cobró un penal de Muñoz a Martinuccio y los 45´ iniciales terminaron con ese score.
En el complemento, Carrasco "completó" el equipo titular, la velocidad de Viudez desequilibró en varias ocasiones y -¿cuándo no?- la conjunción de un foul obviable de Alcoba al "Morro" y un rechazo flojo de Sosa ante la ejecución de la falta de Peralta, permitieron que Coates anotara el gol del triunfo trasitorio.
Nacional volvía a pisar más fuerte, pero no pudo mantener el acelerador a fondo y aunque -ya con Olivera y Estoyanoff, pero sin la pausa de Pacheco- a Peñarol le costó llegar, y lo hizo en forma aislada como en la jugada en la que el travesaño devolvió un zapatazo de Torres, al final empató -cuándo no- por el empuje de Alcoba.
En los penales estuvieron más precisos los tricolores.
En el primer tiempo, Nacional arrancó mejor, manejando con mayor fluidez la pelota, al amparo de lo cual también fue más profundo a través de la aceleración ofensiva de varios pases -largos y cortos, pero en ambos casos penetrantes- de recorrido perpendicular, que metió el siempre hábil e inteligente Robert Flores.
Peñarol, en cambio, con menos volumen de juego y fútbol de conjunto, trató de llegar con envíos largos que no inquietaron a los defensas tricolores.
Sin embargo, como los aurinegros lograron progresar en forma más armónica con las subidas de Corujo, el cuadro de Aguirre se puso en ganancia cuando Pacheco -cuándo no- "inventó" un pase de los que en la vereda de enfrente venía haciendo Flores y Martinuccio no desperdició la chance de quedar de cara a Muñoz, como en la otra área lo había hecho Cauteruccio "de macho" con Sebastián Sosa.
Peñarol se asentó; pero -también cuándo no- un barullo del fondo aurinegro dejó a Sosa a merced, primero de Cauteruccio y después de Porta, y el "Canguro" estampó el 1 a 1. Luego los aurinegros siguieron insistiendo, Fedorczuk no cobró un penal de Muñoz a Martinuccio y los 45´ iniciales terminaron con ese score.
En el complemento, Carrasco "completó" el equipo titular, la velocidad de Viudez desequilibró en varias ocasiones y -¿cuándo no?- la conjunción de un foul obviable de Alcoba al "Morro" y un rechazo flojo de Sosa ante la ejecución de la falta de Peralta, permitieron que Coates anotara el gol del triunfo trasitorio.
Nacional volvía a pisar más fuerte, pero no pudo mantener el acelerador a fondo y aunque -ya con Olivera y Estoyanoff, pero sin la pausa de Pacheco- a Peñarol le costó llegar, y lo hizo en forma aislada como en la jugada en la que el travesaño devolvió un zapatazo de Torres, al final empató -cuándo no- por el empuje de Alcoba.
En los penales estuvieron más precisos los tricolores.
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