Piqueteros de Gualeguaychu

El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, contestó mediante una carta a la misiva que los asambleístas de Gualeguaychú le enviaron tras la Asamblea ampliada del pasado miércoles.

"Cada día que pasa es más que evidente que es la dirigencia de la Asamblea la que no quiere escuchar", comienza la carta de Urribarri.
"Ahora opta por irse por las ramas ante una serie de propuestas que formulé que eran a todas luces de carácter indicativo, que admitía variantes o que incluso podría tener, por qué no, otros elementos. Y toma el peligroso camino de arrogarse ser "el pueblo".
Manipula entonces todo el enorme consenso que tiene a lucha ambiental y lo aplica a una medida puntual, impopular, injusta y sostenida por pocos como el bloqueo a una ruta internacional que vincula dos pueblos hermanos", agrega, criticando el corte del puente General San Martín. "Esas actitudes tornan vano cualquier intento para razonar una estrategia que mantenga en alto la causa ambiental y al mismo tiempo libere a la región de lo que a esta altura ya es un verdadero flagelo: el corte en Arroyo Verde.
Este elemento se ha convertido también ahora en el principal escollo para la instrumentación veloz de los estrictos controles sobre el río. Porque más allá de las palabras, a la contaminación hay que probarla y el corte bloquea la constitución de sistemas de control bilateral que la demostrarían. Esto le debe quedar en claro a la gente de Gualeguaychú.
En cambio, se opta por planteos más o menos voluntaristas que buscan hacer "decir" a los gobiernos lo que los dirigentes asambleístas quieren escuchar quizás para salvar su ego. Pero lo importante no es lo que se diga sino lo que se haga. Y lo que debe hacerse rápidamente son los controles. Y Uruguay se niega mientras el corte no se levante", prosigue la carta.
Urribarri defiende, en su respuesta, la libre circulación del puente. "Así que tal medida no solamente que viola las libertades constitucionales, que afecta negativamente la economía de Gualeguaychú y su zona, sino que ahora es el principal escollo para que empiecen los controles sobre el río".
Finalmente, el gobernador se niega a seguir dialogando con los piqueteros. "Dada la situación y la intransigencia, evidentemente estos intercambios han perdido sentido ya que tornan la buena voluntad en desgaste por lo que se dan por terminados hasta que hechos nuevos ameriten lo contrario. Mientras tanto cada quien deberá hacerse responsable por sus actos", escribe al final de su carta.