Los ocupantes de un predio del barrio Capra que el miércoles habían sido desalojados por la Policía, ingresaron ayer por la fuerza a un predio cercano y fueron resistidos por vecinos de la zona. Las ocupaciones continuarán, alertaron.
"Yo vivo acá. Este predio no está abandonado. Por favor, tienen que irse", gritó Sebastián Álvez desde la calle a la treintena de ocupantes que habían ingresado en la finca y comenzaban a dividirla en parcelas.
Desde el predio, Ariel Silva (26), uno de los referentes de la ocupación que fue desalojada por efectivos policiales el miércoles 19, le gritó: "Hacé la denuncia a la Policía". Y luego siguió demarcando las parcelas.
Minutos después, arribaron al lugar otros vecinos de Álvez. Uno de ellos comenzó a sacar las estacas colocadas por los ocupantes.
"¿Por qué no van al campo de al lado? Acá vive gente. Tienen que irse de cualquier manera", gritó Alvez.
Los ocupantes desarrollaron una tibia resistencia. Una gran parte de ellos eran mujeres que seguían los acontecimientos pero no participaban. En forma tibia, Ariel trataba de defender su posición de que querían un lugar para vivir.
En ese momento, llegaron otros dos amigos de Álvez. Eso inclinó la balanza hacia su favor. Al ver esa resistencia, los ocupantes comenzaron a alejarse rumbo al alambrado.
Más tranquilo, Álvez se desahogó. "Solo en este país pasa esto. Que quieran ocupar el lugar donde vivís. Además, todos estos tienen casa. No sé por qué están acá", dijo en alusión a que hay algo más detrás de este movimiento de ocupantes del barrio Capra.
GUERRILLA. En la tarde de ayer, una treintena de personas se encontraban en la esquina de Camino del Águila y Camino Paso de la Española, al costado de un kiosco hecho de tablas de costanero. Se habían reunido muy cerca del predio ocupado por unas 170 familias el pasado lunes 17 y que fue desalojado por la policía dos días después.
Desde el kiosco, al otro lado de la vereda, se observa ese terreno donde todavía quedan restos: trozos de nylon, decenas de metros de piola usadas para delimitar las parcelas y tablas para construir improvisadas carpas.
Dentro del kiosco había una bolsa con verduras y frutas y otras con varios panes y fiambres. Debajo de un escritorio desvencijado, se refugiaba un ganso blanco que tenía sus minutos contados.
Ariel Silva y Gabriel Leal, que fueron los primeros en ocupar el predio del barrio Capra, parecían liderar al grupo que se reunía al costado del kiosco.
"Acá no hay nada político. Yo ni siquiera voto. Soy argentino. Lo único que quiero es un techo para mi familia", expresó Silva.
Silva vive con su padre, un jubilado de 70 años. Tiene dos hijos y se gana la vida vendiendo roscas por el barrio Capra.
"Quiero encontrar un terreno y luego pagarlo. No lo quiero de arriba. Pero ya no puedo vivir más con mi padre", señaló.
Advirtió que, de cualquier manera, ocupará un predio. "Ahora aplicaré táctica de guerrilla.
Voy a entrar y si me sacan, ocupo otro. Así hasta terminar en un terreno", dijo sin inquietarse demasiado.
Silva señaló que algo aprendió cuando fue desalojado por la Policía el miércoles.
"Todo se reduce a ensayo y error hasta que la jugada sale", dijo.
Ahora admite que está más organizado que cuando irrumpió con Gabriel Leal el lunes 17 al predio privado de cuatro hectáreas ubicado en la intersección de Camino Paso de la Española y Camino del Águila.
En el grupo que rodeaba a Silva y a Leal, formado por hombres y mujeres, se veía a algunos interesados en participar de una segunda ocupación, pero que estaban dubitativos,
Silva les mostraba varios documentos oficiales sobre el terreno que se aprestaba a ocupar, situado a unos 600 metros del predio anterior.
Así, exhibió a los que aún dudaban un documento con el número de padrón, el mapa catastral donde se indicaban las dimensiones del terreno (cuatro hectáreas) y un informe de la Intendencia de Montevideo donde constaba que el predio debía unos $ 100.000 por Contribución Inmobiliaria.
El grupo se demoró varias horas en decidir qué acción tomar. Poco antes de la caída del sol, se encaminaron hacia el terreno elegido, lo invadieron y comenzaron a clavar estacas para parcelarlo.
El hecho atrajo pronto la atención de vecinos y de un par de personas que se presentaron como cuidadores del campo, quienes terminaron desalojando a los intrusos.
Anoche, un grupo de vecinos había decidido montar guardia frente al terreno para evitar nuevas ocupaciones.
Las cifras
100.000 pesos es el monto de la deuda por contribución inmobiliaria que tenía el campo ocupado ayer, según documentaron los intrusos.
30 fue el número aproximado de personas que ayer volvió a tomar un terreno en el barrio Capra y que fueron desalojados.
El Mides ve "movimientos organizados" en ocupación
Según el director nacional de Evaluación y Monitoreo del Mides, Juan Pablo Labat, "la historia de las ocupaciones tiene mucho más que ver con movimientos organizados que con otra cosa", y señaló que "200 familias no deciden de un día para el otro ocupar un terreno".
El jerarca comentó que se estima que existen unas 1.500 personas que no tienen hogar en el país, aunque el número exacto es difícil de conocer.
En tanto, Labat indicó que según la Encuesta Continua de Hogares hay unas 160.000 personas que viven en asentamientos, lo que representa un 5,4% de la población y un 4% de los hogares.
Estas cifras que maneja el Mides contrastan con las del censo elaborado en 2010 por la organización no gubernamental Un Techo Para mi País, que relevó 562 asentamientos en los que viven 256.958 personas en 61.525 viviendas.
En cuanto a la propiedad de los terrenos donde hay asentamientos, el censo de Un Techo indica que el 63% pertenece al sector público, 27,2% son terrenos privados y 9,3% tierras fiscales.
En Montevideo está concentrada la mayoría de los asentamientos (59,6%).
En reacción al fenómeno reciente de ocupación de tierras, en la zona limítrofe entre Montevideo y Canelones, varias figuras de la oposición han fustigado la ausencia de planes concretos del gobierno en materia de vivienda, pese a que esa política era presentada como el "buque insignia" tras la asunción del presidente José Mujica.
"Si se dan este tipo de situaciones, en donde más de 250 personas ocupan un terreno en reclamo de una vivienda, entonces eso significa que vienen fracasando las políticas sociales", señaló el senador nacionalista Jorge Larrañaga.
También el diputado blanco Javier García sostuvo que "el gobierno debe crear un plan de viviendas efectivo que permita darle soluciones habitacionales a estas personas", y recordó que el Estado "tiene una cartera de bienes e inmuebles que supera los 250 predios. Es el mayor terrateniente inmobiliario del Uruguay".
De la toma masiva al desalojo
LUNES 17. En horas del mediodía, unas 170 familias ocuparon en oleadas un predio de cuatro hectáreas ubicado en Cno. Paso de la Española y Cruz del Sur, en el barrio Capra, entre Manga y el límite con Canelones.
MARTES 18. A apenas 24 horas de haber ingresado al lugar, ya habían dividido el campo en parcelas de 27 por 11 metros para cada familia. Una denuncia de vecinos y del propietario del terreno, ante la Seccional 18. El juez penal Ricardo Míguez intimó a los ocupantes a retirarse en 24 horas.
MIÉRCOLES 19. De tarde, se produjo el desalojo masivo tras la intervención policial. No hubo violencia aunque 18 personas fueron detenidas.
JUEVES 20. Al menos unas 20 familias, de las que habían participado en la ocupación del predio, acudieron al Ministerio de Vivienda para reclamar una solución habitacional.
"Yo vivo acá. Este predio no está abandonado. Por favor, tienen que irse", gritó Sebastián Álvez desde la calle a la treintena de ocupantes que habían ingresado en la finca y comenzaban a dividirla en parcelas.
Desde el predio, Ariel Silva (26), uno de los referentes de la ocupación que fue desalojada por efectivos policiales el miércoles 19, le gritó: "Hacé la denuncia a la Policía". Y luego siguió demarcando las parcelas.
Minutos después, arribaron al lugar otros vecinos de Álvez. Uno de ellos comenzó a sacar las estacas colocadas por los ocupantes.
"¿Por qué no van al campo de al lado? Acá vive gente. Tienen que irse de cualquier manera", gritó Alvez.
Los ocupantes desarrollaron una tibia resistencia. Una gran parte de ellos eran mujeres que seguían los acontecimientos pero no participaban. En forma tibia, Ariel trataba de defender su posición de que querían un lugar para vivir.
En ese momento, llegaron otros dos amigos de Álvez. Eso inclinó la balanza hacia su favor. Al ver esa resistencia, los ocupantes comenzaron a alejarse rumbo al alambrado.
Más tranquilo, Álvez se desahogó. "Solo en este país pasa esto. Que quieran ocupar el lugar donde vivís. Además, todos estos tienen casa. No sé por qué están acá", dijo en alusión a que hay algo más detrás de este movimiento de ocupantes del barrio Capra.
GUERRILLA. En la tarde de ayer, una treintena de personas se encontraban en la esquina de Camino del Águila y Camino Paso de la Española, al costado de un kiosco hecho de tablas de costanero. Se habían reunido muy cerca del predio ocupado por unas 170 familias el pasado lunes 17 y que fue desalojado por la policía dos días después.
Desde el kiosco, al otro lado de la vereda, se observa ese terreno donde todavía quedan restos: trozos de nylon, decenas de metros de piola usadas para delimitar las parcelas y tablas para construir improvisadas carpas.
Dentro del kiosco había una bolsa con verduras y frutas y otras con varios panes y fiambres. Debajo de un escritorio desvencijado, se refugiaba un ganso blanco que tenía sus minutos contados.
Ariel Silva y Gabriel Leal, que fueron los primeros en ocupar el predio del barrio Capra, parecían liderar al grupo que se reunía al costado del kiosco.
"Acá no hay nada político. Yo ni siquiera voto. Soy argentino. Lo único que quiero es un techo para mi familia", expresó Silva.
Silva vive con su padre, un jubilado de 70 años. Tiene dos hijos y se gana la vida vendiendo roscas por el barrio Capra.
"Quiero encontrar un terreno y luego pagarlo. No lo quiero de arriba. Pero ya no puedo vivir más con mi padre", señaló.
Advirtió que, de cualquier manera, ocupará un predio. "Ahora aplicaré táctica de guerrilla.
Voy a entrar y si me sacan, ocupo otro. Así hasta terminar en un terreno", dijo sin inquietarse demasiado.
Silva señaló que algo aprendió cuando fue desalojado por la Policía el miércoles.
"Todo se reduce a ensayo y error hasta que la jugada sale", dijo.
Ahora admite que está más organizado que cuando irrumpió con Gabriel Leal el lunes 17 al predio privado de cuatro hectáreas ubicado en la intersección de Camino Paso de la Española y Camino del Águila.
En el grupo que rodeaba a Silva y a Leal, formado por hombres y mujeres, se veía a algunos interesados en participar de una segunda ocupación, pero que estaban dubitativos,
Silva les mostraba varios documentos oficiales sobre el terreno que se aprestaba a ocupar, situado a unos 600 metros del predio anterior.
Así, exhibió a los que aún dudaban un documento con el número de padrón, el mapa catastral donde se indicaban las dimensiones del terreno (cuatro hectáreas) y un informe de la Intendencia de Montevideo donde constaba que el predio debía unos $ 100.000 por Contribución Inmobiliaria.
El grupo se demoró varias horas en decidir qué acción tomar. Poco antes de la caída del sol, se encaminaron hacia el terreno elegido, lo invadieron y comenzaron a clavar estacas para parcelarlo.
El hecho atrajo pronto la atención de vecinos y de un par de personas que se presentaron como cuidadores del campo, quienes terminaron desalojando a los intrusos.
Anoche, un grupo de vecinos había decidido montar guardia frente al terreno para evitar nuevas ocupaciones.
Las cifras
100.000 pesos es el monto de la deuda por contribución inmobiliaria que tenía el campo ocupado ayer, según documentaron los intrusos.
30 fue el número aproximado de personas que ayer volvió a tomar un terreno en el barrio Capra y que fueron desalojados.
El Mides ve "movimientos organizados" en ocupación
Según el director nacional de Evaluación y Monitoreo del Mides, Juan Pablo Labat, "la historia de las ocupaciones tiene mucho más que ver con movimientos organizados que con otra cosa", y señaló que "200 familias no deciden de un día para el otro ocupar un terreno".
El jerarca comentó que se estima que existen unas 1.500 personas que no tienen hogar en el país, aunque el número exacto es difícil de conocer.
En tanto, Labat indicó que según la Encuesta Continua de Hogares hay unas 160.000 personas que viven en asentamientos, lo que representa un 5,4% de la población y un 4% de los hogares.
Estas cifras que maneja el Mides contrastan con las del censo elaborado en 2010 por la organización no gubernamental Un Techo Para mi País, que relevó 562 asentamientos en los que viven 256.958 personas en 61.525 viviendas.
En cuanto a la propiedad de los terrenos donde hay asentamientos, el censo de Un Techo indica que el 63% pertenece al sector público, 27,2% son terrenos privados y 9,3% tierras fiscales.
En Montevideo está concentrada la mayoría de los asentamientos (59,6%).
En reacción al fenómeno reciente de ocupación de tierras, en la zona limítrofe entre Montevideo y Canelones, varias figuras de la oposición han fustigado la ausencia de planes concretos del gobierno en materia de vivienda, pese a que esa política era presentada como el "buque insignia" tras la asunción del presidente José Mujica.
"Si se dan este tipo de situaciones, en donde más de 250 personas ocupan un terreno en reclamo de una vivienda, entonces eso significa que vienen fracasando las políticas sociales", señaló el senador nacionalista Jorge Larrañaga.
También el diputado blanco Javier García sostuvo que "el gobierno debe crear un plan de viviendas efectivo que permita darle soluciones habitacionales a estas personas", y recordó que el Estado "tiene una cartera de bienes e inmuebles que supera los 250 predios. Es el mayor terrateniente inmobiliario del Uruguay".
De la toma masiva al desalojo
LUNES 17. En horas del mediodía, unas 170 familias ocuparon en oleadas un predio de cuatro hectáreas ubicado en Cno. Paso de la Española y Cruz del Sur, en el barrio Capra, entre Manga y el límite con Canelones.
MARTES 18. A apenas 24 horas de haber ingresado al lugar, ya habían dividido el campo en parcelas de 27 por 11 metros para cada familia. Una denuncia de vecinos y del propietario del terreno, ante la Seccional 18. El juez penal Ricardo Míguez intimó a los ocupantes a retirarse en 24 horas.
MIÉRCOLES 19. De tarde, se produjo el desalojo masivo tras la intervención policial. No hubo violencia aunque 18 personas fueron detenidas.
JUEVES 20. Al menos unas 20 familias, de las que habían participado en la ocupación del predio, acudieron al Ministerio de Vivienda para reclamar una solución habitacional.
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