
"La Azotea de Haedo"; el mítico refugio esteño del desaparecido caudillo nacionalista Eduardo Víctor Haedo, fue puesta en venta en los últimos días por intermedio de una conocida inmobiliaria de Punta del Este.
"La Azotea de Haedo" permanece en poder de la familia Haedo desde hace siete décadas y ha sido testigo de buena parte de la historia política, artística y cultural del país. Por sus puertas pasaron los principales protagonistas de la política nacional e internacional, atraídos por la fuerte y particular personalidad de Haedo, quien falleció allí el 15 de noviembre de 1970.
Dos carteles de venta fueron colgados junto a la puerta de entrada sobre la calle La Azotea y otro sobre el bulevar Artigas.
"Vivo en Buenos Aires y se me hace difícil poder mantenerla", dijo ayer a El País su propietaria, Beatriz Haedo de Llambí, visiblemente emocionada al tratar de explicar las razones que la llevaron a vender su casa.
El complejo se desarrolla en unos 15.000 metros cuadrados y su costo puede superar los US$ 2 millones, según informaron a El País empresarios inmobiliarios de Punta del Este, para quienes el valor cultural y artístico que tiene el emblemático lugar es algo difícil de poder ponerle un número en dólares.
La noticia sacudió el ámbito político local. Algunas voces se levantaron para advertir sobre el eventual cambio de propietario del paradigmático predio.
"Se vende la Azotea de Haedo. Así amanecieron la semana pasada esos muros que contienen uno de los más emblemáticos sitios del Uruguay. Dos carteles rojos casi insolentes, con el nombre de un inmobiliario de la zona pueden verse colgados, casi como un castigo a lo que no hemos sido capaces de resolver. Cualquier privado que se acerque allí podrá ofertar, y eventualmente quedarse con ese terreno y el enorme pedazo de historia que contiene. Seguramente el comprador hará una simple ecuación económica y también seguramente un estudio de viabilidad para ver qué permiten las ordenanzas"; expresó en una nota el dirigente socialista Carlos Etcheverry, secretario particular del intendente Óscar de los Santos.
"A pesar del interés de Beatriz Haedo, la única hija y heredera, para que ese lugar se conserve como propiedad de dominio público, y a pesar que ha sido un asunto sobre el cual hubieron consensos políticos claros, no ha sido posible destinar recursos (aún) para enajenarla. A pesar de la voluntad manifiesta del intendente, las legítimas definiciones presupuestales de cada Municipio y sus prioridades han relegado la opción de compra del inmueble. Nos vamos a lamentar muchísimo, si la Azotea de Haedo se pierde. De eso no tengo dudas. Y nosotros seremos los únicos responsables", expresó.
Etcheverry definió a La Azotea de Haedo, donde se celebran actividades culturales durante el verano, como "un rincón accesible, apacible y sofisticado de Maldonado. No podía estar en mejor lugar. En su entorno tenemos la Cachimba del Rey, cuatro escuelas públicas, dos colegios privados, un liceo público, un Centro Regional de Profesores de Secundaria y la futura Universidad, ya en construcción, como un eje cultural-patrimonial formidable".
"La Azotea de Haedo" permanece en poder de la familia Haedo desde hace siete décadas y ha sido testigo de buena parte de la historia política, artística y cultural del país. Por sus puertas pasaron los principales protagonistas de la política nacional e internacional, atraídos por la fuerte y particular personalidad de Haedo, quien falleció allí el 15 de noviembre de 1970.
Dos carteles de venta fueron colgados junto a la puerta de entrada sobre la calle La Azotea y otro sobre el bulevar Artigas.
"Vivo en Buenos Aires y se me hace difícil poder mantenerla", dijo ayer a El País su propietaria, Beatriz Haedo de Llambí, visiblemente emocionada al tratar de explicar las razones que la llevaron a vender su casa.
El complejo se desarrolla en unos 15.000 metros cuadrados y su costo puede superar los US$ 2 millones, según informaron a El País empresarios inmobiliarios de Punta del Este, para quienes el valor cultural y artístico que tiene el emblemático lugar es algo difícil de poder ponerle un número en dólares.
La noticia sacudió el ámbito político local. Algunas voces se levantaron para advertir sobre el eventual cambio de propietario del paradigmático predio.
"Se vende la Azotea de Haedo. Así amanecieron la semana pasada esos muros que contienen uno de los más emblemáticos sitios del Uruguay. Dos carteles rojos casi insolentes, con el nombre de un inmobiliario de la zona pueden verse colgados, casi como un castigo a lo que no hemos sido capaces de resolver. Cualquier privado que se acerque allí podrá ofertar, y eventualmente quedarse con ese terreno y el enorme pedazo de historia que contiene. Seguramente el comprador hará una simple ecuación económica y también seguramente un estudio de viabilidad para ver qué permiten las ordenanzas"; expresó en una nota el dirigente socialista Carlos Etcheverry, secretario particular del intendente Óscar de los Santos.
"A pesar del interés de Beatriz Haedo, la única hija y heredera, para que ese lugar se conserve como propiedad de dominio público, y a pesar que ha sido un asunto sobre el cual hubieron consensos políticos claros, no ha sido posible destinar recursos (aún) para enajenarla. A pesar de la voluntad manifiesta del intendente, las legítimas definiciones presupuestales de cada Municipio y sus prioridades han relegado la opción de compra del inmueble. Nos vamos a lamentar muchísimo, si la Azotea de Haedo se pierde. De eso no tengo dudas. Y nosotros seremos los únicos responsables", expresó.
Etcheverry definió a La Azotea de Haedo, donde se celebran actividades culturales durante el verano, como "un rincón accesible, apacible y sofisticado de Maldonado. No podía estar en mejor lugar. En su entorno tenemos la Cachimba del Rey, cuatro escuelas públicas, dos colegios privados, un liceo público, un Centro Regional de Profesores de Secundaria y la futura Universidad, ya en construcción, como un eje cultural-patrimonial formidable".
que pena, que destino tendrá todos los días paso por alli y me trae recuerdos de cuando esa casona parecía el fin de Maldonado junto a la vía de trenes donde hoy está el gran Bulevard.
Juntábamos piñas a su alrededor y muchas veces nos dejaron colarnos a ver por dentro la capilla y el patio.Es un lugar histórico que como muchos vamos perdiendo.