sábado, 12 de marzo de 2011

Agarrate Catalina y Tronar de Tambores fueron los triunfadores



La noche de los fallos comenzó más tarde de lo esperado y de manera previsible a las 23.45 se cantó el primer premio: fue para La Compañía en el rubro revista. Cuatro horas después se sabía el nombre de los ganadores del último rubro: Agarrate Catalina.
Si bien en el Teatro de Verano había representantes de los triunfadores, la verdadera alegría estaba en otro lado. Así los primeros gritos de alegría se sintieron en el Jardín de la Mutual, adonde estaba reunida la gente de La Compañía. Era la cuarta vez que el grupo conseguía el primer premio y en forma consecutiva.
Era de los premios cantados, pero de cualquier manera lo reñido de la categoría quedó evidenciado en el puntaje conseguido por Feeling´s, que se situara en segundo lugar pero muy cerquita de La Compañía. Tampoco se podía discutir el veredicto del jurado porque había consenso sobre la calidad del espectáculo montado por la gente que tiene su academia de baile en Burgues y Luis Alberto de Herrera.
Cuarenta minutos después de ser cantado el primer premio, llegó el segundo y con el la primera sorpresa. Es que Cyranos terminó consagrada como la mejor agrupación de humoristas, una categoría en la que parecía tener una pequeña ventaja Sociedad Anónima. Los seis puntos de separación entre los dos grupos habló a las claras de la pelea, que terminó con un resultado muy festejado en la sala Nuevo Arteatro (en Canelones y Gutiérrez Ruiz), la trinchera elegida por Cyranos. Acostumbrados a triunfar, los maragatos esta vez resignaron un primer premio que no disminuye en nada la calidad de lo que hicieron y que los sigue teniendo como referentes de la categoría. El tercer lugar en humoristas fue para Los Choby´s.

Pero más ajustada aún fue la diferencia entre las sociedades de negros y lubolos. Porque terminaron siendo apenas tres los puntos que separaron al consagrado ganador Tronar de Tambores, de su más inmediato seguidor, Yambo Kenia. Cualquiera de las dos agrupaciones estaban marcadas en lo previo como posibles ganadoras. La alegría para la gente de Julio Sosa fue doble, ya que el legendario Kanela que conduce la comparsa fue elegido a la vez figura máxima en la categoría.
La tercera ubicación entre los lubolos quedó para Mi Morena.
El cuarto premio de la noche estaba destinado al rubro parodistas y allí las cosas aparecían un poco más distendidas porque era opinión generalizada que Zíngaros tenía todo para ganar. Y lo hizo. Fue el segundo tetracampeón consecutivo de la noche, luego de los laureles conseguidos por La Compañía. El grupo liderado por Pinocho Sosa explotó de alegría en el Club Montevideo, al haber acumulado 1586 puntos que lo dejaron al frente de una tabla que fue seguida por Momosapiens (con 1552 puntos) y Los Muchachos (1544). En esta categoría fue elegido como figura máxima Raúl Medina, integrante de Los Muchachos.
BROCHE. El punto fuerte por historia y popularidad estaba reservado como quinto plato. Las murgas siguen siendo las que más se mueven en la fiesta carnavalera y las que tienen unos coros de seguidores realmente envidiables por cantidad y calidad. Eran 24 murgas las que compitieron en la primera vuelta, de las que quedaron 18 para la segunda y finalmente 11 en la liguilla.
La disputa en lo previo aparecía como la más abierta del concurso oficial. Al menos cuatro de los aspirantes podían llegar al título aunque dos de ellos sonaban con mayor frecuencia y uno en especial, más allá de toda premiación futura, era considerado el mejor espectáculo del Carnaval: el ofrecido por Agarrate Catalina.
Y el juicio de los jurados fue también en la misma dirección, consagrando a la murga de los Cardozo en primer lugar con 1602 puntos, a A Contramano en segundo lugar (1579), a La Clave en tercera posición (1560), seguida de muy cerca por Curtidores de Hongos con 1554 puntos.
Por cuarta vez en su historia, la Catalina se hizo del primer premio del Carnaval uruguayo. Curiosamente, lo hace con una propuesta que incluye una sátira sobre sí misma y un retrato de la violencia ("desde la violencia", como dijera Tabaré Cardozo en algunas de sus presentaciones) que pega muy fuerte en el público. Lo bueno es que aparte de la altura estética de la propuesta, la misma ha despertado reflexiones y polémicas al poner en su centro a un marginal que lleva incorporado la violencia en su lenguaje oral, físico y social. Quizá ese espíritu removedor haya incidido en especial, al convertir la obra en algo imborrable.

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