jueves, 3 de marzo de 2011

Los mejores balances son los que miden décadas y no "añitos"



El presidente José Mujica dijo hoy estar convencido de que en tiempos que se realizan varios balances, "los que valen la pena son aquellos que piensan en términos de décadas y no andan midiendo añitos, períodos sencillos de gobiernos" ya que, entendió, en la vida de un país "los ciclos de siembra y de cosecha" son más largos que los ciclos de los seres humanos.
El mandatario, en su audición de M24, afirmó que "las cosas bien hechas" permanecen mucho tiempo bajo la tierra y reconoció que si bien en una sociedad que progresa la gente tiene que estar más informada, también debe estar capacitada de ver los verdaderos logros —y también los errores— que son aquellos que no relucen a simple golpe de vista.
Mujica puso varios ejemplos para apoyar lo que calificó como "contradicción entre la hojarasca de corto plazo y las cosas profundas". Recordó cuando en 1995 se extendió la enseñanza escolar pública para los niños de tres y cuatro años. "Fue una notable medida de carácter progresista" que no se pudo ampliar por, según el presidente, "el carácter agrio" de Germán Rama y porque "se peleaba con todo el mundo".
El mandatario afirmó que los logros de ese proyecto no serán "disfrutados" por la sociedad hasta unos 10 años más. También destacó los 20 años que han pasado desde una ley forestal que tuvo "muchas idas y venidas". Mujica dijo que de esa idea, que tuvo fuertes críticas, será este gobierno —a través del emprendimiento en la localidad de Conchillas— "el que recogerá las mieles de aquella siembra".
En ese sentido expuso que la reforma del sistema impositivo también será una idea que rendirá frutos años en el futuro. "El maldecido IRPF", dijo Mujica, es la obra más importante del gobierno de Tabaré Vázquez. Dijo que fue un cambio "revolucionario" que permitirá ir hacia una sociedad "inequívocamente más justa" y que permitirá disminuir "impuestos ciegos" como el IVA o el IRAE. Aunque luego aclaró que los resultados se verán dentro de 10 o 15 años.
El mismo trato le dio a los errores que se han cometido como país y cómo sociedad. "ha veces demoramos 20, 30 o 40 años en darnos cuenta de los dolorosos perjuicios que hemos ocasionado. Vaya que cometimos como país verdaderas barrabasadas y cuánto dolor nos costó darnos cuenta", afirmó.
Por último pidió a los "formadores de opinión y a los comentaristas" que dediquen "parte de su tiempo a desentrañar estos procesos ni visibles pero que operan en el largo plazo y que, como tal, a los análisis de corto plazo le diéramos la importancia que tienen, pero relativizarlos, tratando de esmerarnos en problemas que tienen más honda y escondida, repercusión a lo largo del tiempo".

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