
Malvín se consagró campeón de la Liga Uruguaya por segunda vez en su historia al derrotar a Biguá por 94 a 80 en el cuarto juego de las finales.
El "playero" repitió bajo las órdenes de Pablo López ante el mismo rival y por el mismo resultado (3-1) que en 2007.
Ayer, el encuentro comenzó parejo haciendo imposible anticipar su desenlace.
Edgardo Kogan se decidió por inyectar energía a su quinteto inicial dándole la titularidad a Sebastián Vázquez en lugar de Juan José Rovira y la apuesta pagó. El "Pelado" anotó ocho puntos en el primer cuarto, donde Biguá llegó a sacar seis puntos de ventaja (14-8).
De todas formas, Malvín volvió a cerrar el periodo inicial ganando gracias a las 10 unidades de Reque Newsome.
En el segundo cuarto, los titulares del "playero" ampliaron (31-25) antes que Biguá reaccionara para dar vuelta el marcador detrás del inspirado juego de Emilio Taboada (beneficiado por no tener que defender a Chris Jeffries) y Michael Sweetney. Los dos decidieron decir "presente" demasiado tarde en las finales.
El tercer cuarto fue el momento en que Malvín comenzó a construir la victoria que le daría el campeonato.
Precisión en los triples, una defensa intensa y destacadas actuaciones individuales de Jeffries y Bruno Fitipaldo le hicieron ganar el parcial al "playero" por 26 a 10 para irse catorce puntos arriba al último cuarto.
Esos diez minutos bisagra mostraron la peor cara del equipo de Kogan, que no encontró forma de quebrar la defensa "playera" y cometió infinidad de distracciones en defensa, permitiendo salidas rápidas a su rival y demasiados tiros cómodos al aro, que los jugadores "playeros" supieron aprovechar.
En Malvín, además de la explosión ofensiva de Jeffries y el trabajo defensivo de Mark Bortz, fue Fitipaldo la pieza clave del equipo. El base de 19 años, de gran temporada, ratificó, ante la lesión de Fernando Martínez, su enorme categoría.
En el periodo final, Biguá no tuvo respuesta y la frustración, incluso, llevó a momentos vergonzosos como el problema entre Juan Cambón y su ex compañero, Joaquín Osimani.
Con su público festejando a lo grande, de pie y al grito de "¡Malvín, Malvín!", los últimos minutos fueron más una fiesta "playera" que el desenlace de un partido final.
Malvín cosechó una merecida segunda corona, demostrando su condición de mejor equipo de la temporada.
La cifra
16 PUNTOS de ventaja le sacó Malvín a Biguá en el tercer cuarto (26-10), la clave del triunfo.
El "playero" repitió bajo las órdenes de Pablo López ante el mismo rival y por el mismo resultado (3-1) que en 2007.
Ayer, el encuentro comenzó parejo haciendo imposible anticipar su desenlace.
Edgardo Kogan se decidió por inyectar energía a su quinteto inicial dándole la titularidad a Sebastián Vázquez en lugar de Juan José Rovira y la apuesta pagó. El "Pelado" anotó ocho puntos en el primer cuarto, donde Biguá llegó a sacar seis puntos de ventaja (14-8).
De todas formas, Malvín volvió a cerrar el periodo inicial ganando gracias a las 10 unidades de Reque Newsome.
En el segundo cuarto, los titulares del "playero" ampliaron (31-25) antes que Biguá reaccionara para dar vuelta el marcador detrás del inspirado juego de Emilio Taboada (beneficiado por no tener que defender a Chris Jeffries) y Michael Sweetney. Los dos decidieron decir "presente" demasiado tarde en las finales.
El tercer cuarto fue el momento en que Malvín comenzó a construir la victoria que le daría el campeonato.
Precisión en los triples, una defensa intensa y destacadas actuaciones individuales de Jeffries y Bruno Fitipaldo le hicieron ganar el parcial al "playero" por 26 a 10 para irse catorce puntos arriba al último cuarto.
Esos diez minutos bisagra mostraron la peor cara del equipo de Kogan, que no encontró forma de quebrar la defensa "playera" y cometió infinidad de distracciones en defensa, permitiendo salidas rápidas a su rival y demasiados tiros cómodos al aro, que los jugadores "playeros" supieron aprovechar.
En Malvín, además de la explosión ofensiva de Jeffries y el trabajo defensivo de Mark Bortz, fue Fitipaldo la pieza clave del equipo. El base de 19 años, de gran temporada, ratificó, ante la lesión de Fernando Martínez, su enorme categoría.
En el periodo final, Biguá no tuvo respuesta y la frustración, incluso, llevó a momentos vergonzosos como el problema entre Juan Cambón y su ex compañero, Joaquín Osimani.
Con su público festejando a lo grande, de pie y al grito de "¡Malvín, Malvín!", los últimos minutos fueron más una fiesta "playera" que el desenlace de un partido final.
Malvín cosechó una merecida segunda corona, demostrando su condición de mejor equipo de la temporada.
La cifra
16 PUNTOS de ventaja le sacó Malvín a Biguá en el tercer cuarto (26-10), la clave del triunfo.
malvin malvin ii iia lo ve ii iia lo ve es pa el uva que lo mira po tv