domingo, 1 de mayo de 2011

Juan Pablo II " Es Beato"



Un "gigante", un hombre con una gran "carga humana" y que en el "sufrimiento" fue una "roca": así recordó hoy Benedicto XVI, primer Papa en los ultimos mil años en beatificar a su predecesor, a Juan Pablo II, durante la homilía en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El papa polaco "reivindicó" para el cristianismo la "esperanza" que había sido "cedida al marxismo y a la ideología del progreso", subrayó Benedicto XVI ante la multitud en San Pedro, palabras en las que entrecruzó reflexión y sentimiento, historia y episodios personales de los ultimos años.
El Papa fue interrumpido en siete ocasiones por los aplausos de los presentes, que fuentes de Roma estimaron en alrededor un millon y medio de personas.
Entre sus recuerdos, Joseph Ratzinger destacó el día en que hace seis años -tras la muerte de Wojtyla, ocurrida el 2 de abril de 2005- él mismo celebró los funerales del Papa misionero, viajero, amado por las muchedumbres, el "atleta de Dios" que poco a poco se fue debilitando.

"Hace seis años en esta plaza ya aleteaba el perfume de su santidad", subrayó Ratzinger en uno de sus párrafos más destacados, y explicó que el proceso de beatificación fue impulsado "con discreta celeridad", pero respetando siempre las normas de la Iglesia católica.
Palabras que representan una respuesta a quienes por una parte hubieran querido ver a Wojtyla "santo subito" (santo ya) y por la otra a aquellos que, en cambio, piensan que la beatificación llegó demasiado rápidamente.
Hoy "ha llegado el gran día", subrayó el Papa, y Juan Pablo II "es beato por su fe, fuerte, generosa y apostólica" pero tambien porque así lo ha querido "el Señor".
El Papa polaco fue además el Pontífice "de la profunda reflexión entre el marxismo y el cristianismo, centrado en el hombre" y "ha dado al cristianismo una renovada orientación hacia el futuro", subrayó Benedicto XVI.
Wjotyla -prosiguió Ratzinger- "ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de decirse cristianos", y por otro lado "reivindicó para el cristianismo la carga de esperanza que en cierto modo había sido cedida al marxismo".
Al recordar sus 23 años de "personal experiencia" de colaboracion con Wojtyla, Ratzinger indicó -por ejemplo- cómo aprendió a conocerlo, cómo asistió a sus oraciones, en las que "se sumergía en el encuentro con Dios", y cómo lo vio resistir frente a la enfermedad "como una roca".
Al beatificar a Karol Wojtyla, y con sus palabras de hoy, el papa Benedicto XVI dio un paso más en el camino que lleva a colmar el vacío que dejó la muerte de Juan Pablo II -algo que para los catolicos parecía imposible-, convirtiendo al Papa polaco en un modelo de vida, un santo, y no una figura del pasado.

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