Sufriendo más de la cuenta, sin la suerte a su favor, pero con la misma entrega que demostró en toda la Copa, Peñarol se metió hoy entre los cuatro mejores equipos del continente y va por más. Un gol en la hora del "Lolo" lo clasificó.
Sufriendo más de la cuenta, sin la suerte a su favor, pero con la misma entrega que demostró en toda la Copa, Peñarol se metió hoy entre los cuatro mejores equipos del continente y va por más.
Tal como su historia le exigía, Peñarol volvió a demostrar hoy que es un grande. Un equipo con mística copera. Hecho a la medida de la Libertadores y que en las difíciles no se borra: se agranda.
La noche no pintaba nada bien para el carbonero. Perdía 2 a 0 y a falta de cinco minutos para el final se le escapaba una clasificación que parecía tener en el bolsillo tras la victoria obtenida en Montevideo.
Con el 2 a 0 el partido se iba a los penales, es cierto. Pero la Católica estaba a punto de la hazaña. El equipo chileno era más y empujado por su gente y el resultado coqueteaba con el tercero.
Sin embargo, en su peor momento en el partido y su momento más desesperado en la Libertadores, un centro de Luis Aguiar encontró por el segundo palo al "Lolo" Estoyanoff, que la empujó para poner el 2 a 1 y decretar la clasificación en la hora.
Antes del gol, la suerte no había acompañado al equipo de Aguirre, que no sólo no merecía perder por dos goles, sino que había hecho todo para al menos anotar un gol.
Un gol bien anulado, una pelota en el travesaño y una increíble falla de Mier en la definición le habían impedido al carbonero anotar al menos un tanto.
La Católica por su parte sin hacer un gran partido ni "apedrearle el rancho" a Peñarol, había conseguido dos goles casi de otro partido.
El primero por medio de Meneses, tras gran asistencia de Pratto, y el segundo por medio de Gutiérrez, que con un bombazo desde afuera del área anotó un gol que parecía darle el pase a los chilenos.
Pero Peñarol reaccionó y pese a sentir el golpe y con lo último de sus fuerzas encontró el gol de la clasificación.
Peñarol está en las semifinales y sueña con la Copa. Ahora, el siguiente rival será Vélez, que define en su casa.
Sufriendo más de la cuenta, sin la suerte a su favor, pero con la misma entrega que demostró en toda la Copa, Peñarol se metió hoy entre los cuatro mejores equipos del continente y va por más.
Tal como su historia le exigía, Peñarol volvió a demostrar hoy que es un grande. Un equipo con mística copera. Hecho a la medida de la Libertadores y que en las difíciles no se borra: se agranda.
La noche no pintaba nada bien para el carbonero. Perdía 2 a 0 y a falta de cinco minutos para el final se le escapaba una clasificación que parecía tener en el bolsillo tras la victoria obtenida en Montevideo.
Con el 2 a 0 el partido se iba a los penales, es cierto. Pero la Católica estaba a punto de la hazaña. El equipo chileno era más y empujado por su gente y el resultado coqueteaba con el tercero.
Sin embargo, en su peor momento en el partido y su momento más desesperado en la Libertadores, un centro de Luis Aguiar encontró por el segundo palo al "Lolo" Estoyanoff, que la empujó para poner el 2 a 1 y decretar la clasificación en la hora.
Antes del gol, la suerte no había acompañado al equipo de Aguirre, que no sólo no merecía perder por dos goles, sino que había hecho todo para al menos anotar un gol.
Un gol bien anulado, una pelota en el travesaño y una increíble falla de Mier en la definición le habían impedido al carbonero anotar al menos un tanto.
La Católica por su parte sin hacer un gran partido ni "apedrearle el rancho" a Peñarol, había conseguido dos goles casi de otro partido.
El primero por medio de Meneses, tras gran asistencia de Pratto, y el segundo por medio de Gutiérrez, que con un bombazo desde afuera del área anotó un gol que parecía darle el pase a los chilenos.
Pero Peñarol reaccionó y pese a sentir el golpe y con lo último de sus fuerzas encontró el gol de la clasificación.
Peñarol está en las semifinales y sueña con la Copa. Ahora, el siguiente rival será Vélez, que define en su casa.
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