sábado, 19 de mayo de 2012

Aguerre: Ejército no tiene enemigos en la sociedad y quiere vivir en paz


El Ejército reivindicó su unidad interna y aclaró que no tiene enemigos en la sociedad. Durante el acto de recuerdo a cuatro soldados muertos por el MLN-T en 1972, el comandante Pedro Aguerre reiteró que quiere "tender puentes".
"El uso del uniforme y del título es un derecho que tengo como militar. Siempre vengo a estos actos uniformado y es un honor para mí. Nosotros somos militares, de civil o uniformados", se defendió el coronel retirado José Carlos Araújo, uno de los dos militares que, luciendo su uniforme del arma de Caballería, se hizo presente ayer en el acto con que el Ejército recordó el 40° aniversario de la muerte de cuatro soldados por parte de una columna del "Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros" (MLN-T), el 18 de mayo de 1972.
Tras marchas y contramarchas sobre la presencia obligatoria o voluntaria y el atuendo para el acto, asistieron ayer más de 3.000 personas, entre activos y retirados, según datos que manejó el comandante del Ejército. Toda la oficialidad, en particular los generales y los comandantes de las otras fuerzas, Washington Martínez (Fuerza Aérea) y Ricardo Giambruno (Armada), vistieron traje y corbata de rigurosos tonos oscuros en el breve acto de Avda. Italia y Abacú.
Así, casi descolgado del motivo del homenaje, el caso del coronel Araújo fue una muestra de cierta disconformidad de algunos militares con la orden del presidente José Mujica que revocó la invitación de Aguerre a asistir con uniforme.

Enfundado en impecable traje, el comandante Aguerre firmó que el Ejército no tiene "enemigos" en la sociedad y que decir lo contrario "no provoca la unión de los uruguayos". "Si queremos salir adelante, tenemos que hablar de uruguayos, no de enemigos. No debemos hablar de trancar sino de vivir en paz", subrayó.
Al decir que el Ejército no tiene enemigos en la sociedad, Aguerre respondió al periodista Víctor Hugo Morales que la semana pasada, en un mensaje emitido durante la convocatoria efectuada por las Redes Frenteamplistas, había llamado a la izquierda a no perder de vista que "el enemigo está vivito y coleando", aludiendo a todos los sectores de la sociedad sin afinidad con el Frente Amplio.
SENTIMIENTO. Esta fue la primera vez en que el Ejército tuvo una participación activa en el homenaje a los soldados muertos, que hasta ahora estaba a cargo de los círculos y centros militares que agrupan fundamentalmente a los retirados.
"No me sorprende" la asistencia al acto, admitió Aguerre, aunque dijo que antes del acto no se detuvo a pensar cuanta gente acudiría. Asistir "era voluntario, estamos todos de civil. No estoy acá para complicar sino para tender puentes" en la sociedad. "La asistencia es un sentimiento", añadió el militar.
Estas consideraciones vienen a cuento de la polémica registrada en la semana entre el Ejército y el Ministerio de Defensa Nacional con el Poder Ejecutivo. Primero se dio la orden de concurrencia obligatoria y de uniforme, y luego, a pedido de Mujica, hubo marcha atrás y la asistencia se hizo voluntaria y sin uniforme.
Aguerre, aunque quedó incómodo frente a sus subalternos, no discutió la orden. "Soy el comandante del Ejército. Si se me da la orden de ir tengo que ir. Si entiendo que la orden está mal dada, (igual) es una orden que no admite que la revisemos. Y acá estoy", indicó.
Respecto al uniforme, Aguerre dijo que "el hábito no hace al monje".
Aguerre, en tono de voz bajo, pronunció un discurso breve, de poco más de dos minutos. Eligió cuidadosamente cada palabra, cada adjetivo para que se releyera, según comentó más tarde. El comandante sostuvo que el discurso pudo haberlo dicho casi de memoria, pero aclaró que prefirió leerlo "para evitar suspicacias".
Los soldados Saúl Correa, Osiris Núñez, Ramón Ferreira y Gaudencio Núñez, a quienes llamó "camaradas", fueron "muertos en acción el 18 de mayo de 1972 mientras custodiaban la casa del comandante en jefe de la época. "Su recuerdo continúa imborrable y permanente en muestras mentes por las enseñanzas que ese sacrificio nos legó", dijo.
UNIDAD. La primera frase que arrancó aplausos de los asistentes fue: "el Ejército es uno solo, desde Las Piedras en 1811 hasta el día de hoy".
Luego, aclaró que "el Ejército no considera en su educación profesional tratar de enemigo a sus connacionales. Usar ese término es muy fuerte y no provoca unión, que es lo que nosotros queremos".
Por eso, convocó a oficiales y personal "a seguir apegados a las leyes y a la Constitución, demostrando que tenemos un lugar de respeto y legitimación en este bendito país". Antes y después de su discurso, Aguerre fue saludado por varios de los generales en actividad que con su presencia apoyaron la actitud del comandante.

"Se ha avanzado en DD.HH."

En diciembre de 2011, el jefe del Ejército, general Pedro Aguerre, afirmó que desconocía la eventual existencia de un pacto de silencio para encubrir delitos dentro de la fuerza. "Aún desconociendo (esta circunstancia), si ha existido o existiera hasta la actualidad dicho pacto, desde este momento doy la orden de su revocación inmediata", dijo. Ayer se le preguntó si hay circunstancias que han cambiado a partir de esta afirmación, a lo que respondió que "se ha avanzado mucho" en materia de DD.HH. No quiso adentrarse en el tema porque "eso lo converso con el ministro de Defensa, que es el vocero político que tenemos. Hablen con él, pero se ha avanzado y mucho", reiteró. Aguerre afirmó que "nunca" puso trabas para "llegar a una conciliación" en el tema de los derechos humanos. Aguerre hizo esa precisión en ocasión del hallazgo de restos humanos en el Batallón 14 que luego se supo que pertenecían al maestro Julio Castro. En aquel momento solicitó "apoyo, dentro y fuera de la fuerza, para conjuntamente obtener información" a los efectos de "delimitar la responsabilidad material o no del Ejército en cualquier otro caso de un desaparecido".

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