lunes, 10 de enero de 2011

Mujica de Vacaciones en Colonia


Paseos, folklore y la vida de un ciudadano común son los elementos con que el presidente José Mujica disfruta sus vacaciones en Colonia, alejado casi en su totalidad de los problemas propios de su investidura.
Mujica y su esposa, la senadora Lucía Topolansky, son dos visitantes asiduos de Colonia por estos días. Desde su asunción, el primer mandatario quedó fascinado con la estancia presidencial y cada vez que puede viene a pasar algunos días.
"Tengo que cumplir con la exigencia legal de utilizar la estancia (Anchorena) y la verdad que aquí descanso bárbaro", dijo el presidente. Los fines de semana Mujica camina, lee, recibe a visitantes importantes y realiza reuniones de gabinete o a nivel social. Esta costumbre la mantuvo varias veces en el año, por ejemplo cuando se ajustaron detalles del Presupuesto, cuando se reunió con intendentes o con los sindicatos. Allí recibió a la presidenta argentina Cristina Fernández, a una delegación árabe y al primer ministro coreano.
"Es un lugar ideal", señaló, y destacó que en Anchorena las reuniones son más descontracturadas y lejos del ruido.

Mujica también ha reconocido que en la estancia duerme "bárbaro", donde el entorno y la paz que hay le hacen muy bien para la tarea de llevar sobre sí la responsabilidad de conducir el país.
Mujica disfruta en estos días de la estancia presidencial desde su llegada al lugar luego de su viaje a Brasil para presenciar la asunción de Dilma Rousseff.
En el lugar, porteras adentro, hace las cosas que le gustan, pero también se da el gusto de salir con su esposa. Como un ciudadano más y seguido discretamente por un custodia, con el presidente al volante de la camioneta Mitsubishi blanca matrícula 139, el matrimonio va a Carmelo a visitar familiares, da una vuelta por otras zonas del departamento y almuerza fuera de casa.
También ambos concurren a algún espectáculo como el sábado cuando invitados por Luis Landriscina se hicieron presentes en la Fiesta de Santa Ana.
Mujica y su esposa siguieron la actuación de grupos musicales durante varias horas, sentados como las miles de personas que concurrieron a la Plaza Greissing. Los turistas se sacaron fotos, solicitaron autógrafos y reconocieron "lo campechano" que es el presidente.
El propio Landriscina contó a El País que hace un par de meses, Mujica y su esposa habían estado en Santa Ana almorzando en la Hostería Don Guillermo. Esa fue la oportunidad para que el humorista de Colonia Baranda (Chaco), habitante del balneario, le invitara para la fiesta.
"Le dije que teníamos una fiesta el primer sábado de enero y quedaba invitado para acompañarnos", contó Landriscina. El fin que persigue el Festival de Santa Ana es recaudar fondos para obras y mejoras del balneario.
No sólo que cumplió con su presencia, sino que disfrutó durante varias horas del espectáculo donde actuaron varios artistas como Jorge Nasser, el argentino Germán Fratarcangelli, Los Virgilios y la Orquesta Municipal de Colonia entre otros.
El domingo al mediodía, junto con un matrimonio y sus hijos, Mujica y Topolansky llegaron a La Pasiva en Colonia del Sacramento y almorzaron.
"No puedo creer que el presidente esté entre nosotros como si tal cosa", dijo una ciudadana argentina que se sacó varias fotos con el mandatario. La mujer fue más allá todavía cuando reconoció: "aquí en Colonia aprendí dos cosas. Lo respetuoso de los automovilistas que en la cebra esperan que pase el peatón y que el presidente anda por la calle como un ciudadano más", dijo.
Mujica y su esposa pagaron la cuenta y se fueron a seguir disfrutando de sus vacaciones en el oeste del país.
Landriscina: Lo invitó al festival para mejoras en Santa Ana, donde reside, y Mujica asistió.

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