El corresponsal en México del New York Times, Damien Cavie, estuvo en Montevideo para realizar una nota sobre la iniciativa oficial de legalizar la producción de marihuana en manos del Estado.
En la misma, se asegura que en breve la producción agrícola del país podría "ensuciarse las manos con una cosecha mucho más complicada (que las tradicionales]): la de marihuana".
Según explica, la iniciativa es parte de un "movimiento creciente en la región para crear alternativas a la guerra contra las drogas encabezada por Estados Unidos".
El presidente José Mujica incluyó en el plan de seguridad difundido el mes pasado la decisión de legalizar la producción estatal de marihuana de una forma "regulada y controlada", recuerda el matutino que además agrega que "en toda Latinoamérica, líderes preocupados por la propagación de la violencia relacionada a las drogas están considerando políticas que hasta hace poco habrían sido inconcebibles".
Asimismo, se informa que el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, a quien la publicación describe como "un exgeneral directo y firme", llamó a considerar "este tipo de enfoque". Lo mismo hicieron los líderes en Colombia, México, Belice y otros países, "que también exigen un debate más amplio en la relajación de las leyes punitivas contra las drogas", se agrega.La nota agrega que desde Brasil y Argentina se piensa que la mejor manera de ayudar a la policía a "concentrarse en los traficantes y no en los usuarios" es la despenalización de todas las drogas.
"Uruguay ha llevado la experimentación a otro nivel", asegura New York Times que además informa que "funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas dicen que ningún otro país ha considerado seriamente el establecimiento de un monopolio completo y legalmente manejado por el Estado sobre la marihuana o cualquier otra substancia ilícita prohibida por las Naciones Unidas en su Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes".
El hacerlo, explica, "convertiría a Uruguay en la primera republica marihuanera en el mundo", sumándose a Holanda, que desde 1976 liberó el consumo de marihuana oficialmente, y a Portugal que derogó todas las penas criminales por el uso de las drogas desde 2001.
En Uruguay, "por el contrario, nacería una nueva industria manejada por el Estado, creada por burócratas gubernamentales convencidos que la oposición a la marihuana es, simplemente, obsoleta", indica la publicación neoyorquina.
El New York Times levanta además una frase lanzada por Julio Calzada -el secretario ejecutivo de la Junta Nacional de Drogas, a quien catalogan como el zar antidrogas de Uruguay, quien dijo: "En 1961, la televisión era solamente en blanco y negro. Ahora tenemos Internet."
El matutino asegura que a pesar de todo, "la propuesta del presidente ha sido recibida con una ráfaga de oposición". Asimismo, se destaca que "doctores, rivales políticos, consumidores de marihuana y funcionarios en temas de seguridad han expresado preocupación sobre cómo se manejaría la marihuana y sobre si la legalización, o algo cercano a ello, aceleraría el agravamiento del problema de adicción y criminalidad en Uruguay".
"Al presidente Mujica, de 78 años y exguerrillero bohemio que maneja un Volkswagen escarabajo de 1981, le ha sorprendido la reacción", aclara el diario de estadounidense que por último señala que "la semana pasada (Mujica) dijo que si la mayoría de los uruguayos no entendían el valor de la legalización, suspendería el plan mientras afinaba los detalles y conseguía el apoyo de la ciudadanía".
En la nota también se hace referencia al titular de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, quien estimó que el Estado tendría que producir más de 2.200 kilogramos al mes para los cerca de 70.000 consumidores mensuales que tiene el país.
Además, se indica que el proyecto del gobierno contempla la creación de un registro de usuarios de manera de limitar las compras sólo para uruguayos y de hasta unos 40 cigarrillos mensuales.
Por último, el informe del medio norteamericano publicó testimonios de consumidores de marihuana. Por ejemplo, Gabriel, de 35 años, se manifestó a favor de la iniciativa y expresó que espera que la misma limite "el lado oscuro del negocio de las drogas".
"Gabriel dijo que ha vendido marihuana de manera informal durante los últimos 15 años —moviendo poco menos de un kilo al mes— y que la gente a la que le compra lo ha presionado en diversas ocasiones a vender drogas más peligrosas como la pasta de cocaína".
Nota de New York Times (en español)
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