En tres semanas la Justicia resolverá si otorga o no la libertad anticipada a Pablo Goncálvez. Ayer fue recibido por el juez de la causa, quien le preguntó sobre sus proyectos de vida. Los informes técnicos previos del Inacri fueron "positivos".
Qué proyectos de futuro tiene con su familia, dónde iría a residir si estuviera en libertad, con qué perspectivas laborales cuenta y cómo cree que sería su comportamiento en sociedad.
A estas y otras preguntas respondió ayer, por más de una hora, el asesino serial Pablo Goncálvez (42) en el proceso de evaluación que realiza la Justicia previo al otorgamiento o no del beneficio de la libertad anticipada, solicitado por él tras cumplir dos tercios de la pena.
Goncálvez fue encarcelado y procesado el 22 de febrero de 1993 por considerársele autor de tres homicidios y una violación. El juez penal a cargo de la causa, Gabriel Ohanian, dirigió ayer el audiencia, en base a los dos informes técnicos (psiquiátrico y social) que realizó el Instituto Nacional de Criminología (Inacri).
Lo que advierten los técnicos del Inacri, sin embargo, es que Goncálvez carece de "roce social" ya que lleva 19 años encarcelado y no ha tenido hasta la fecha contacto con la sociedad. "El informe aduce y recomienda que el justiciable cuente con algunas salidas transitorias previas a otorgarle la libertad anticipada con el objetivo de afianzar su relación social y sentirse readaptado en la vida civil", explicó la fuente.En esos análisis, según informaron a El País fuentes del Ministerio del Interior, "el resultado general del informe social y psiquiátrico resultó positivo", aunque "con algunas salvedades a tener en cuenta". Del trabajo de los técnicos se concluye que Goncálvez "goza de buena conducta, tiene un trabajo diario dentro de la cárcel, brinda cursos de inglés y computación a los reclusos y goza de muy buenos vínculos familiares".
Sin embargo, desde el año 2008 el conocido recluso viene solicitando ante la Justicia permisos de salidas transitorias, que le fueron negados por el juez penal de la causa en aquel momento, Julio Olivera Negrín, a pesar de contar con el visto bueno de los informes técnicos del Instituto de Criminología.
En ese entonces, el juez Olivera Negrín le negó las salidas transitorias (que tenían como fin realizar visitas familiares, según justificaba Goncálvez) debido a la gravedad de los delitos que había cometido.
CONSCIENTE. En todas las entrevistas que ha tenido para obtener su libertad anticipada "demuestra ser consciente de que necesita una readaptación social gradual", confiaron a El País allegados al caso.
Irse a vivir al interior es uno de los planes que contó al juez.
"Ha manifestado su idea de irse a residir a algún departamento del interior con su familia (tiene una esposa y una hija de 7 años) por un período razonable. Le preocupa la sanción social y es consciente de ello. Reconoce que su obrar de hace años puede provocar reacciones sociales, pero también cree que ha pagado sus culpas".
LAS CIFRAS
19
años lleva recluido Pablo Goncálvez en Cárcel Central, luego de ser procesado por el asesinato de tres mujeres.
7
años lleva casado Goncálvez con Alejandra, una profesora de inglés. Contrajo matrimonio en la cárcel y tiene una hija de 7 años.
De bajo perfil e inteligente
Pablo Goncálvez cumple su pena en una celda doble en el cuarto piso de Cárcel Central. Es uno de los pocos reclusos que habita en un espacio amplio y con estufa a gas, entre otros accesorios. Estos beneficios de los que goza en la cárcel se deben a su delicado estado de salud, según informaron a El País.
Desde hace un tiempo carga con una afección cardíaca que lo ha llevado a someterse a chequeos médicos fuera del establecimiento carcelario.
Trabaja como bibliotecólogo del establecimiento, motivo por el que ha descontado 4 años su pena. Su tarea consiste en que los ejemplares de la biblioteca estén ordenados, además de llevar un registro de los libros que se prestan, así como exigir su devolución.
Goncálvez también dedica su tiempo a jugar al truco y dar curso de computación e inglés a los demás reclusos. Uno de sus hobbies favorito es coleccionar monedas.
Presos consultados por El País lo definen como extremadamente calculador, razonable y muy inteligente. "Me pareció un tipo crack. De bajo perfil", contó a El País uno de los reclusos que lo conoció.
"Hay un imaginario de que el hombre va a salir a la calle a matar gente. (Goncálvez) ha ido variando su situación, ha constituido una familia. Él es consciente de que hay una condena social, para él y su entorno, por eso piensa en radicarse en el interior, para estar en paz y en anonimato absoluto"
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