La votación y posterior aprobación en el Plenario de la Junta Departamental de Montevideo del Balance Presupuestal y Rendición de Cuentas de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) estuvo marcada por la polémica entre el oficialismo y la oposición.
Pero más allá de cómo ven los ediles del Frente Amplio por un lado y blancos y colorados por otro, la situación en Montevideo, la polémica se instaló en esta jornada respecto a una compra de lo que en principio era un sillón de cuero por US$ 5.500. Así lo denunció el edil nacionalista Edison Casulo en una nota publicada hoy por El País.
Sin embargo, en el correr de la mañana, el director de Recursos Financieros, Arturo Echevarría, fue consultado por diversos medios por este tema. Al principio, el jerarca dudó que una compra de ese monto se le pueda "haber pasado" y, en diálogo con radio Carve, aseguró que de comprobarse tal adquisición él mismo haría "una denuncia penal interna".
Y entendió que el monto debería equivaler a una compra de varios muebles realizada "hace poco tiempo".
El jerarca explicó que los muebles fueron solicitados por Secretaría General y que la compra sí pasó por Recursos Financieros ya que la primera "no tenía recursos suficientes".Más tarde, entrevistado por Canal 12, Echevarría explicó que había ocurrido un error y que efectivamente el monto es por la compra de tres sillones de cuerpo modelo "Chesterfield" para el despacho de la intendenta Ana Olivera y cambiar mobiliario de "15 años de antigüedad".
Al ser consultado sobre la observación que el Tribunal de Cuentas hizo a esta compra, Echevarría explicó que en realidad "la observación vino por el lado de que (la Secretaría General) no tenía recursos suficientes".
"El precio no fue observado ni la modalidad de compra", sentenció el jerarca municipal.
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