
En clima de incertidumbre internacional, los salarios en la economía uruguaya siguieron mostrando valores crecientes en el tercer trimestre del año. A pesar de que las expectativas a futuro indican un enlentecimiento fuerte en la tasa de crecimiento del nivel de actividad económica, la inercia de los convenios salariales asegura nuevas mejoras reales para 2012. En términos históricos, el poder adquisitivo de los salarios medios ya se encuentra por encima de los niveles anteriores a la crisis de comienzos de siglo y medidos en dólares ejercen una presión muy alta en contra de la competitividad del sector productivo.
El índice medio de salarios mide la ganancia media líquida que le queda al empleado luego de pagar las contribuciones a la seguridad social, salud e impuestos sobre las retribuciones. Para evaluar el poder adquisitivo de los asalariados, el índice se corrige por la evolución que ha tenido en cada período el índice de precios al consumidor (IPC). En los doce meses terminados en septiembre del 2011 se observa un nivel real que es un 3,5% superior al registrado en el mismo mes del año anterior.
Desde que se iniciara la recuperación de los salarios líquidos reales en el año 2004, se observaron altas tasas de crecimiento. En una primer instancia por la recuperación de los bajos niveles observados durante la crisis de 2002. Luego, sustentados en el dinamismo de la economía y los muy buenos precios internacionales de los productos de exportación. Las tasas anuales fueron altas, incluso con marcas del orden del 6,8% para años como el terminado en septiembre de 2009.
En el Gráfico Nº 1 se observa la evolución del salario real para los últimos quince años. Se analiza el promedio de períodos de doce meses para evitar las fluctuaciones de los períodos de ajuste y el impacto de la inflación a lo largo de cada año sobre el salario real. Es claro que hasta 2001, el nivel observado se mantuvo estable. La crisis provocó una caída real por la que en el peor momento llegó al 77% del promedio del año 1999. Luego se observa la recuperación que comienza con la baja del IRP extraordinario en 2004 y tiene pequeñas pausas como la de fines de 2008, pero que sostiene un ritmo de crecimiento alto.
El salario real promedio de la economía, medido entre septiembre de 2004 y septiembre de 2011, registra una mejora al ritmo del 4,5% anual. Una tasa que es superior a la tendencia del PIB per cápita. De persistir esta cadencia durante un período de tan solo 16 años, se duplicaría la capacidad de compra del salario.
SECTORES. En la actualidad, las condiciones de mercado llevan a que las remuneraciones del sector privado aumenten más que las de los empleados del Estado. En parte, porque los consejos de salarios siguen pautas más generosas que las que utiliza el Estado como empleador. Por otro lado, el bajo nivel de desempleo lleva a que la disputa entre las empresas genere esa fuerza al alza en el nivel de remuneración ofrecido.
Al margen de la evolución en el corto plazo, en el período entre 2004 y 2011 no se observan grandes diferencias. La tasa promedio anual del sector privado fue del 4,6% y la del sector público del 4,2%. En el Gráfico Nº 2 se puede observar la evolución de los tres últimos años. En primer lugar, a pesar de los problemas en la economía internacional y el freno en el nivel de actividad de 2009, siempre se observan variaciones anuales positivas. En segundo lugar, es el período en el que el sector privado logra diferenciarse del público con mayores incrementos. Por ejemplo, en 2009 la variación anual del salario en el sector privado fue del 8% y en el público 6%. Nuevamente, en el año terminado en septiembre el sector privado registra una tasa del 4,1% y el público del 2,5%.
DÓLARES. Otra medida habitual de las remuneraciones surge de expresar los salarios en dólares. Durante décadas, se forjó una cultura de utilizar una moneda extranjera fuerte como el dólar como punto de referencia para comparar precios debido a la inflación y a un contexto de apertura financiera y comercial con el resto del mundo. Por lo tanto, no resulta extraño hablar de los salarios en dólares.
En el Gráfico Nº 3 se presenta la evolución del índice medio de salarios dividido por la cotización del dólar en cada momento. Este índice de salarios expresado en dólares registra una evolución similar a la del salario real pero con una aceleración en los últimos años mucho más acentuada. También la caída en la crisis fue más severa debido a que la devaluación en ese entonces superó a la inflación.
Sobre la base de un promedio de 1999 = 100, en el peor momento de la crisis estuvo por debajo del 50% y en el año terminado en septiembre de 2011 se llega a 160.
Esta evolución está en términos nominales puesto que se está hablando de un índice que refleja la evolución del salario promedio en dólares corrientes. Para lograr una comparación real habría que considerar alguna otra medida como referencia. Por ejemplo, se puede analizar la evolución de los salarios en dólares en Uruguay con los correspondientes en Estados Unidos, donde se observó un crecimiento de las remuneraciones del orden del 2,8% anual en los diez últimos años. Cuando se comparan las dos evoluciones se concluye que el salario en dólares en Uruguay superó en 10% la realidad observada en Estados Unidos.
Como es un período largo vale la pena expresar la tasa en términos anuales. Desde los años previos a la crisis hasta 2011, el salario en dólares en Uruguay se incrementó a un ritmo de 0,5% anual por encima del de Estados unidos.
COMPETITIVIDAD. Los salarios en dólares están subiendo más que lo que lo hacen en los países desarrollados, pero esto no necesariamente implica una pérdida de capacidad de competencia.
Para analizar la competitividad hay que considerar cómo evoluciona la productividad de la mano de obra y compararla con el aumento de salarios en la economía y tomar como punto de comparación la relación entre salarios y productividad en otras economías.
Es un hecho que las inversiones realizadas en Uruguay en los últimos años y las mejoras tecnológicas hacen pensar una mayor productividad por hora de trabajo de los empleados. De todas formas, para compensar un 0,5% anual el espacio de mejora en la productividad tendría que haber sido muy grande y al mismo tiempo observarse un estancamiento en la productividad en Estados Unidos.
Como ninguna de las dos cosas sucedió, vale la pena buscar medidas de la capacidad de competencia de la economía uruguaya para el análisis. En el Gráfico Nº 4 se presentan en forma conjunta el índice de salario real (corregido por IPC) y el tipo de cambio efectivo real que calcula el BCU. Es muy clara la relación inversa entre las dos variables. La explicación que da la teoría macroeconómica a esta relación inversa, parte de la base del comportamiento de los precios de los bienes y servicios no transables en la economía.
En el gráfico se tomó como base la totalidad del período como valor 100 en las dos series. Por lo tanto, en la actualidad el salario real se acerca al valor 120 y el tipo de cambio real ha bajado hasta el nivel 80. Antes de la crisis también había una diferencia y se hablaba de atraso cambiario pero la misma solo se ubicaba en el orden del 10%.
Pensando en el año próximo, hay que considerar el freno en el nivel de actividad y comercio internacional que se avecina. Por muy poco que sea el impacto en nuestra economía se observará, por lo menos, una baja en el ritmo de la actividad y, por lo tanto, el contexto de negocios será más exigente y el margen para desfasajes de precios será muy inferior.
Por otro lado, las expectativas de mejoras en el salario real en 2012, de acuerdo a los convenios colectivos del sector privado, se ubican por lo menos en el 3%. Por lo tanto, con un tipo de cambio real a la baja y un contexto económico más agresivo, el escenario para 2012 comienza a parecer muy conflictivo y no va a ser fácil sostener el bajo nivel de tasa de desempleo actual.
El índice medio de salarios mide la ganancia media líquida que le queda al empleado luego de pagar las contribuciones a la seguridad social, salud e impuestos sobre las retribuciones. Para evaluar el poder adquisitivo de los asalariados, el índice se corrige por la evolución que ha tenido en cada período el índice de precios al consumidor (IPC). En los doce meses terminados en septiembre del 2011 se observa un nivel real que es un 3,5% superior al registrado en el mismo mes del año anterior.
Desde que se iniciara la recuperación de los salarios líquidos reales en el año 2004, se observaron altas tasas de crecimiento. En una primer instancia por la recuperación de los bajos niveles observados durante la crisis de 2002. Luego, sustentados en el dinamismo de la economía y los muy buenos precios internacionales de los productos de exportación. Las tasas anuales fueron altas, incluso con marcas del orden del 6,8% para años como el terminado en septiembre de 2009.
En el Gráfico Nº 1 se observa la evolución del salario real para los últimos quince años. Se analiza el promedio de períodos de doce meses para evitar las fluctuaciones de los períodos de ajuste y el impacto de la inflación a lo largo de cada año sobre el salario real. Es claro que hasta 2001, el nivel observado se mantuvo estable. La crisis provocó una caída real por la que en el peor momento llegó al 77% del promedio del año 1999. Luego se observa la recuperación que comienza con la baja del IRP extraordinario en 2004 y tiene pequeñas pausas como la de fines de 2008, pero que sostiene un ritmo de crecimiento alto.
El salario real promedio de la economía, medido entre septiembre de 2004 y septiembre de 2011, registra una mejora al ritmo del 4,5% anual. Una tasa que es superior a la tendencia del PIB per cápita. De persistir esta cadencia durante un período de tan solo 16 años, se duplicaría la capacidad de compra del salario.
SECTORES. En la actualidad, las condiciones de mercado llevan a que las remuneraciones del sector privado aumenten más que las de los empleados del Estado. En parte, porque los consejos de salarios siguen pautas más generosas que las que utiliza el Estado como empleador. Por otro lado, el bajo nivel de desempleo lleva a que la disputa entre las empresas genere esa fuerza al alza en el nivel de remuneración ofrecido.
Al margen de la evolución en el corto plazo, en el período entre 2004 y 2011 no se observan grandes diferencias. La tasa promedio anual del sector privado fue del 4,6% y la del sector público del 4,2%. En el Gráfico Nº 2 se puede observar la evolución de los tres últimos años. En primer lugar, a pesar de los problemas en la economía internacional y el freno en el nivel de actividad de 2009, siempre se observan variaciones anuales positivas. En segundo lugar, es el período en el que el sector privado logra diferenciarse del público con mayores incrementos. Por ejemplo, en 2009 la variación anual del salario en el sector privado fue del 8% y en el público 6%. Nuevamente, en el año terminado en septiembre el sector privado registra una tasa del 4,1% y el público del 2,5%.
DÓLARES. Otra medida habitual de las remuneraciones surge de expresar los salarios en dólares. Durante décadas, se forjó una cultura de utilizar una moneda extranjera fuerte como el dólar como punto de referencia para comparar precios debido a la inflación y a un contexto de apertura financiera y comercial con el resto del mundo. Por lo tanto, no resulta extraño hablar de los salarios en dólares.
En el Gráfico Nº 3 se presenta la evolución del índice medio de salarios dividido por la cotización del dólar en cada momento. Este índice de salarios expresado en dólares registra una evolución similar a la del salario real pero con una aceleración en los últimos años mucho más acentuada. También la caída en la crisis fue más severa debido a que la devaluación en ese entonces superó a la inflación.
Sobre la base de un promedio de 1999 = 100, en el peor momento de la crisis estuvo por debajo del 50% y en el año terminado en septiembre de 2011 se llega a 160.
Esta evolución está en términos nominales puesto que se está hablando de un índice que refleja la evolución del salario promedio en dólares corrientes. Para lograr una comparación real habría que considerar alguna otra medida como referencia. Por ejemplo, se puede analizar la evolución de los salarios en dólares en Uruguay con los correspondientes en Estados Unidos, donde se observó un crecimiento de las remuneraciones del orden del 2,8% anual en los diez últimos años. Cuando se comparan las dos evoluciones se concluye que el salario en dólares en Uruguay superó en 10% la realidad observada en Estados Unidos.
Como es un período largo vale la pena expresar la tasa en términos anuales. Desde los años previos a la crisis hasta 2011, el salario en dólares en Uruguay se incrementó a un ritmo de 0,5% anual por encima del de Estados unidos.
COMPETITIVIDAD. Los salarios en dólares están subiendo más que lo que lo hacen en los países desarrollados, pero esto no necesariamente implica una pérdida de capacidad de competencia.
Para analizar la competitividad hay que considerar cómo evoluciona la productividad de la mano de obra y compararla con el aumento de salarios en la economía y tomar como punto de comparación la relación entre salarios y productividad en otras economías.
Es un hecho que las inversiones realizadas en Uruguay en los últimos años y las mejoras tecnológicas hacen pensar una mayor productividad por hora de trabajo de los empleados. De todas formas, para compensar un 0,5% anual el espacio de mejora en la productividad tendría que haber sido muy grande y al mismo tiempo observarse un estancamiento en la productividad en Estados Unidos.
Como ninguna de las dos cosas sucedió, vale la pena buscar medidas de la capacidad de competencia de la economía uruguaya para el análisis. En el Gráfico Nº 4 se presentan en forma conjunta el índice de salario real (corregido por IPC) y el tipo de cambio efectivo real que calcula el BCU. Es muy clara la relación inversa entre las dos variables. La explicación que da la teoría macroeconómica a esta relación inversa, parte de la base del comportamiento de los precios de los bienes y servicios no transables en la economía.
En el gráfico se tomó como base la totalidad del período como valor 100 en las dos series. Por lo tanto, en la actualidad el salario real se acerca al valor 120 y el tipo de cambio real ha bajado hasta el nivel 80. Antes de la crisis también había una diferencia y se hablaba de atraso cambiario pero la misma solo se ubicaba en el orden del 10%.
Pensando en el año próximo, hay que considerar el freno en el nivel de actividad y comercio internacional que se avecina. Por muy poco que sea el impacto en nuestra economía se observará, por lo menos, una baja en el ritmo de la actividad y, por lo tanto, el contexto de negocios será más exigente y el margen para desfasajes de precios será muy inferior.
Por otro lado, las expectativas de mejoras en el salario real en 2012, de acuerdo a los convenios colectivos del sector privado, se ubican por lo menos en el 3%. Por lo tanto, con un tipo de cambio real a la baja y un contexto económico más agresivo, el escenario para 2012 comienza a parecer muy conflictivo y no va a ser fácil sostener el bajo nivel de tasa de desempleo actual.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios obcenos y mal intencionados seran eliminados. Gracias